Siempre ha sido primero el número 1 y después el número 2.

21 de Mayo del 2015



Por Carlos Castelo/Director Creativo

Hace ya algunos meses, durante una reunión, un prospecto nos comentaba. “Necesitamos  sacar una campaña publicitaria,  puesto que últimamente hemos notado que nuestros clientes han dejado de consumir nuestros servicios y productos”.

Le comentaba al cliente en cuestión, ¿Qué cree usted que sea lo que está ocurriendo?, nos contestó: “no tengo idea, lo que si sé, es que se nos están yendo con la competencia, nos URGE una campaña de publicidad” al paso que vamos no creo que aguantemos ni 6 meses más, con los números traemos en  administración.

Una vez que se fue el cliente prospecto, nos dimos a la tarea de comenzar a investigar y sondear el terreno para comprender mejor lo que estaba sucediendo, y así poder establecer una estrategia adecuada para el cliente.

Una vez que investigamos, descubrimos algunas causas que contribuyeron a que el cliente bajara sus ventas. Entre ellas: mala atención del personal, instalaciones descuidadas, administración deficiente, cambiaron proveedores y a demás se desató el rumor de que la empresa había sido fundada en base al crimen, ilegalidad y corrupción.

Lo que habíamos investigado era cierto, a excepción de que el negocio había nacido de la ilegalidad, el crimen y la corrupción, puesto que proviene de una familia muy dedicada, trabajadora y honesta.

El cliente, a fuerzas quería que realizáramos una campaña de publicidad,  cuando realmente, lo que había que hacer era sanear a la empresa internamente; minimizar las fugas de capital, capacitar al personal, invertir en mobiliario, mantenimiento, re-conexión con proveedores de calidad y combatir el rumor que estaba circulando por la ciudad, ya que deterioraba la imagen de la empresa.  

Todo eso se erradica con una campaña de Relaciones Públicas  tanto Interna como Externa, de lo contrario, por más campaña de publicidad acertada que logremos, no podremos conseguir el impacto que usted busca que es "incrementar sus ventas".   

Al escuchar esto el cliente prospecto, se molestó y nos dijo, siempre hemos vendido nuestros servicios y productos como pan caliente, y aún así como está la empresa en estos momentos, hemos continuado vendiendo, sin embargo, yo lo que quiero es elevar mis ventas y necesito una campaña de publicidad efectiva, y lo que ustedes quieren es verme la cara con una campaña de Relaciones Públicas y no siendo poco con esto, quieren venderme otra campaña de Publicidad, no se me hace justo.

Al tratar de explicarle al cliente la delicadeza de lo que estaba ocurriendo en su empresa, no logramos hacer que nos comprendiera. Lo cierto es que para poder darle efectividad a las cosas, siempre será necesario establecer un orden “Primero siempre va el número 1 y después, le seguirá el número 2 y posteriormente el 3, y así sucesivamente.

A lo que voy… es que para hacer que las cosas sucedan se requieren hacer las cosas con orden,  primero un pie, luego el otro pie, para poder caminar; de lo contrario, será muy difícil que logremos tener a un atleta campeón olímpico de los 100 metros planos.  Eso hará que se cumplan satisfactoriamente las expectativas de los clientes.

Por citar un ejemplo burdo:  En restaurante, no se pueden tener listos 500 filetes de pescado empanizado en diez minutos, si solamente se cuenta con: 20 filetes en el refrigerador, medio litro de aceite para freír, una estufita con 2 hornillas, sin gas, cuando eres el único cocinero que está en el lugar, a demás con el teléfono cortado como para llamarle a su proveedor para pedir auxilio; y aparte dicen que el cocinero cocina tan mal, que parece como si lo hubiera cocinado con las "PATAS".

De nada le sirve una buena campaña de publicidad si tienes tus relaciones públicas tan en contra.

Pudimos haber aceptado el caso, pero sabíamos que una campaña de publicidad, solo le haría daño a la compañía, atrayendo a clientes que terminarían molestos y quejándose, de un producto o servicio que en ese momento no estaba funcionando bien